jueves, 24 de septiembre de 2015

Carta a un cateto ilustrado (y 2)

Pues perdone que insista, pero es que cierra uno la pantalla y de repente se le empiezan a agolpar los pensamientos, el “tenía que haber dicho…” y el “parece mentira…” Porque vamos a ver, señor Trueba ¿sabe usted que el único país del mundo donde existe una forma peyorativa de que los naturales de ese país se refieran a los naturales de ese país, es España? Para que lo entienda, que no sé si sabrá lo que significa “peyorativa”: España es el único país del mundo donde existe un insulto creado por los españoles para referirse a los españoles: “españolito”. Hace falta ser idiota, no me diga que no.

Pero es que además, ese tono despectivo de referirse a su propia gente, lo inventaron en época de la Transición, no diré que la gente de izquierdas, porque entonces y ahora había y hay gente de izquierdas muy coherente con sus ideas. Como la gente de derechas, señor Trueba, que en todas las casas cuecen habas y en todos los partidos hay gente honrada. Como hay listos, tontos, santos varones, sinvergüenzas, profesoras de filosofía, desahogados, virtuosos, putas, holgazanes y registradores de la propiedad. No, el problema no es ese. El problema son los paniaguados que viven arrimados al Poder ahora y en la Transición. Los que saben poner en aprietos a ministros del gobierno de España, que ponen una sonrisa bobalicona cuando alguien desprecia a España delante de ellos. Los abajofirmantes de estúpidos manifiestos ramplones por la paz en el mundo, porque se acabe el hambre, porque no haya guerras… y porque subvencionen mis películas. Lo que no sé es si ustedes conocerán a alguien que quiera la guerra y el hambre, que aborrezca la paz o que le guste destruir la Naturaleza. A lo mejor en sus películas sí los hay, pero yo no conozco a nadie así en la vida real.

Lo que sí le puedo asegurar es que yo sí conozco gente -y mucha- que no va a ver sus películas pase lo que pase. Yo, por ejemplo. Menos aún si hay que pagarlas por segunda vez. Sí, por segunda, que la primera ya me la ha sacado del bolsillo el ministro complaciente de turno para dársela a usted. Así que, por lo menos, un poco de respeto por quien paga. Y quien paga, señor Trueba, somos los españoles: los de izquierdas y los de derechas, los que firman manifiestos y los que pasamos de manifiestos, los que trabajan y los que se quedan con el dinero de los que trabajan, los que hacen películas y las venden y los que las venden sin hacerlas… Gente, gentuza y gentecilla. Como usted, ni más ni menos.

Porque usted, amigo, no es más que nadie, usted no es mejor que nadie ni más alto, ni muchísimo menos más guapo. Solo un paleto acomplejado ante los extranjeros, de los que yo creía que ya no quedaban en España. Más rico sí, seguro. Pero eso no es más que dinero, y solo tiene mérito si se ha ganado honradamente…



Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

martes, 22 de septiembre de 2015

Carta a un cateto ilustrado

Mi ignorante e ignorado señor Trueba:

Permítame en primer lugar felicitarle por su último minuto de gloria. Y si digo último es porque de todo corazón deseo que sea el último, aunque no las tengo todas conmigo. En realidad, un mediocre en el país de los mediocres tiene mucho más futuro que alguien con talento. Sí, señor Trueba, ese país del que usted dice no sentirse ciudadano; ese país que admira a los ignorantes que le desprecian y luego se suma al carro del auto insulto. Del insulto a sí mismo, que es lo más ridículo y absurdo que puede existir. Porque usted, diciendo esas sandeces, ha demostrado no solo ser español, sino ser el más español entre los españoles, señor Trueba. Pero esto no lo digo yo, que ya lo decía don Joaquín María Bartrina y de Aixemús (Reus, 1850 - Barcelona, 1880) Le diría que realista catalán, pero es igual porque usted no sabría de lo que le hablo:

Oyendo hablar a un hombre fácil es
acertar donde vio la luz del sol:
si habla bien de Inglaterra será inglés,
si habla mal del alemán es un francés,
y si habla mal de España es español.

Porque aunque los iletrados como usted, dedíquense al cine, al circo o a la política, crean lo contrario, los catalanes siempre se han sentido españoles. Porque los iletrados como usted no tienen ni idea de que el nacionalismo, ya sea el catalán, el vasco, el italiano o el alemán no tiene nada que ver con la izquierda sino que es de extrema derecha. Porque los iletrados como usted, piensan que ser republicano es ser de izquierdas y ser monárquico es ser de derechas. Si les oyeran Ronald Reagan o Sarkozy; o Tony Blair o James Callaghan… las dos eles se pronuncian como una sola y la h es muda. Porque además los ignorantes como usted, repiten sin planteárselo que el cine es un arte. Y no seré yo quien le niegue su calidad de obra de arte a algunas -muy contadas- películas, con la venia de Luchino Visconti. Pero lo que usted y otros como usted hacen, con nuestro dinero por cierto, no es otra cosa que juntar escenas grabadas una y mil veces, para que el actor no tenga que interpretar. Con guiones dictados por la productora para que el guionista no tenga que pensar. Y cobrar una subvención que ni se han ganado, ni han amortizado, ni van a sacar nunca en taquilla. O sea, la casa de Tócamerroque, el puerto de Arrebatacapas, el patio de Monipodio y el sueño de Rinconete y Cortadillo o de Lázaro de Tormes ¿Y dice usted de verdad que no se siente español?

Por cierto, que mientras sus admirados franceses bombardeaban Cádiz en 1812, en el Oratorio de San Felipe Neri se reunían las primeras Cortes Españolas. Allí proclamarían la primera Constitución democrática, frente a la carta otorgada por Napoleón llamada Estatuto de Bayona.  Pero es igual, seguro que tampoco sabe de lo que hablo. En todo caso, seguro que ni con el Estatuto de Bayona le hubieran dejado vivir sin trabajar…


Gonzalo rodríguez-Jurado Saro