Solamente con escribir la
palabra saltan todas las alarmas, chirrían todas las juntas y hasta la
gramática de Word te regaña. Y con razón. En este mundo de iletrados, ignorantes
y ágrafos, perece ser que no hace ninguna falta saber escribir para poder
hacerlo en los medios de comunicación. Con saber leer un poco, vale. Y con
saber leer, me refiero a saber juntar las letras, no a saber lo que significan.
Y es que no puedo más, me
rindo. No soporto ni un minuto más ver
cómo se llama “podemitas” a los seguidores de Podemos en todos los medios de
comunicación. Una vez más, reitero ¿es que nadie pregunta a un periodista
cuando le contrata para una radio, un periódico o una televisión, si sabe hablar,
leer y escribir? Pues parece que no, mire usted. También es verdad, que con la
cantidad y calidad de analfamerluzos que hay en la Real Academia Española de la
Lengua, cualquier estupidez que se publique, se acepta en el Diccionario porque
se considera del “habla habitual de la gente”. Qué le vamos a hacer, tendrá que
ser así.
En todo caso, cuando alguien
me habla de un “podemita”, entiendo que me están contando el caso de uno que
nació en el planeta Podemos. Porque eso y no otra cosa es lo que significan en
castellano los sufijos –ito e –ita. Aparte de las correspondientes terminaciones
del diminutivo, claro. Es origen, geográfico, cultural o étnico lo que los
mencionados sufijos señalan: de Israel, israelita; de la rama chií, del Islam,
chiita; de Moscú, moscovita; de la colina del Areópago en Atenas, areopagita, como
el “célebre” discípulo de San Pablo, Dionisio Areopagita… y del planeta
Podemos, “podemita”. Claro, no puede ser de otra manera.
Existe en cambio,
sorpréndase usted, un segundo sufijo, parecido pero no igual al anterior, que
sirve para señalar la pertenencia o afinidad hacia un grupo. Se trata del
sufijo –ista. Y aunque lo parezca, tiene poco que ver con el grito con el que
las masas enfervorecidas recibían a José Luis Rodríguez Zapatero: “ista, ista,
ista, Zapatero feminista”. No, esto es otra cosa. Más seria, creo yo. Y es que,
aunque usted no lo crea, si yo digo que soy madridista, estoy diciendo que soy
seguidor del Real Madrid; en cambio, si digo que soy socialista, lo que estoy
tratando de explicar es que estoy de acuerdo con las teorías del socialismo; y
si digo que soy europeísta es que soy
partidario de reforzar las instituciones europeas. También puedo decir
que soy peronista porque me gustasen las obras de Perón y de Evita; o incluso
progresista porque soy partidario del progreso frente a los demás, que lo que
quieren es que todos nos arruinemos. Un
segundo significado sería el que hace referencia a la práctica de un deporte o
a la utilización de algún instrumento: futbolista, tenista, maquinista,
trompetista… Pero para el caso que nos ocupa quedémonos con la primera opción, que
aunque sean podemistas, hay muchos que parecen de otro planeta.
Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro