Es más que frecuente,
machaconamente insistente, diría yo, que aquéllos que tienen que dirigirse a un
auditorio de más de dos personas, caigan en el uso de lo que yo llamo palabras
comodín. Es decir, palabras que consideran que son de muy recomendable uso,
tanto por su significado como por su significante. Y esto reza tanto para los
responsables de redactar los textos publicitarios, bien sea de televisión,
radio o prensa escrita, como para los locutores de los medios hablados y
escritos, los conferenciantes o los profesores. Muchas veces incluso, ignorando
su verdadero significado.
Pues bien, aprovecho este
humilde blog para declarar a la ciudad y al mundo, urbi et orbe, que he
tomado la firme determinación de no consumir productos ni atender a discursos
que contengan este tipo de malhadadas palabras. Y lo explico:
PLANETA: me niego a que me
sigas machacando con la idea de que yo, haga lo que haga, me estoy cargando
todo rastro de vida inteligente y no inteligente en la Tierra. Excepto, claro,
si compro tus muebles de cocina, si me desplazo en el conche que tú vendes, si
viajo con tu agencia, consumo tus chicles o me afeito con tu maquinilla.
SOLIDARIDAD / SOLIDARIO: Paso.
Que tú no sepas que solidaridad quiere decir responsabilidad única e individual
de cada uno de los concernidos, no me convence para ser solidario. Los
habitantes de las favelas, las víctimas de un terremoto o los amputados pueden
darme más o menos pena, más o menos compasión o ganas de ayudar, que no suelen
ser pocas porque todos hemos pasado calamidades. Pero de ahí a considerarme a
mí responsable de su situación, lo siento, pero hay un largo trecho.
MÁGICO: Cuando me dicen que
algo es mágico, lo siento pero no puedo evitar pensar que es una soberana
estupidez. Y es que no falla, cuando alguien no tiene nada que decir acerca de
algo o de alguien, dice que es mágico. Ejemplos hay muchos: las princesas
Disney, la noche de Fin de Año o un crucero por la Costa Blanca. Pero el que se
lleva la palma, el ejemplo estúpido por excelencia es la noche “mágica” de los
oscar. Es decir, cuando se junta la gente del cine para dar premios a la gente
del cine, que a su vez se emocionan enormemente por haber recibido un premio
que se dan ellos mismos, se suben al escenario y compiten por ver quién hace el
discurso más ridículo. Más mágico, diría yo.
MEDIO AMBIENTE: Hasta donde yo
sabía, medio ambiente es el espacio físico en el que se desarrolla cualquier
actividad, pero parece que no, El medio ambiente solo merece tal nombre si es
algo flower power, bonito, agradable a la vista, sano… el interior de
una mina o de una fábrica, no son medio ambiente. Son solo nada ambiente.
CLIMA, la palabra mágica:
estamos todos preocupadísimos porque “el clima está cambiando”. Pero depende a
quién le preguntes, el clima cambia de una forma u otra. En mi pueblo ya no
llueve, en el mío se desbordan los ríos, en el de mi señora hace años que no
nieva; y en el suyo de usted, aunque parezca mentira, nunca ha hecho este frío
en enero. Claro, que si tomamos una definición bastante elemental de la palabra
clima, como el conjunto de las variaciones de presión y temperatura que afectan
a un territorio concreto, igual podemos entender que son tantas las combinaciones
posibles que afectan a esos dos factores determinantes, que es imposible pensar
que puedan ser algo constante.
INCLUSIVO: todo tiene que ser
inclusivo, aunque da igual lo que cada uno incluya. Todo es susceptible de ser
incluido siempre que además tenga usted en consideración razas extintas,
religiones inaceptables y cualquier inclinación sexual por la que alguien pueda
sentirse atraído. Cuanto más repelentes, mejor. No me da la gana de comprar su
producto inclusivo, sencillamente.
DIVERSO: Cuando alguien te
dice que su producto o su servicio es diverso, te está diciendo que no hace
falta ser alguien normal para consumirlo. Siempre que consideremos normal a
alguien que vive su vida sin imponer a nadie sus costumbres, sin exigir a los
demás que le aplaudan sus manías y en general, sin llamar la atención. Para ser
diverso hay que ser un coñazo.
PLURAL: No necesito ser
plural. Desde que tengo conciencia me preocupo por lo mío y por lo de los míos.
Lo que hagan los demás, cómo sean, de donde vengan o adonde vayan, sinceramente
me tiene sin cuidado. No me afecta nada si lo que yo uso, lo que yo consumo o
lo que demando, le gusta a otra gente, ni mucho menos si esa gente es igual,
distinta o parecida a mí. Otra cosa son mis decisiones individuales de ayudar,
preocuparme o ignorar lo que les pase a los demás. Pero eso es una decisión
personal mía, insisto: ni me considero obligado ni necesito que usted me diga lo
que tengo que pensar o sentir.
TODOS: repito, me da igual lo
que hagan los demás. Evite intentar convencerme de nada con frases como “todos
somos…”, “…para todos” o “todos tenemos derecho”. Le auguro un fracaso
estrepitoso.
SOSTENIBLE: me pasa como con el planeta,
cuando me dicen que algo es sostenible me pongo en guardia. En principio,
entiendo que algo sostenible, es algo que no genera desperdicios, algo que una
vez usado, puede volver a utilizarse. Lo que no me creo es que sean sostenibles
los coches, los cosméticos y hasta los espectáculos. Y no es que no me lo crea,
es que además me molesta que me tomen por imbécil.
PAREJA: yo no tengo pareja,
estoy casado y mi mujer es mi mujer y yo su marido. No somos ninguna pareja. También
podíamos ser novios o prometidos o incluso vivir juntos sin estar casados, que eso
a nadie ha de importarle ¡pero pareja! Las parejas, querida señora, las forman
los animales cuando les viene el celo y se emparejan. Algunos de ellos, pocos,
incluso forman parejas que duran todo el resto de su vida. Una pareja, si usted
no me dice otra cosa, la forman dos seres vivos que, circunstancialmente, se
unen para procrear. Eso en la especie humana, desde hace muchos siglos se
institucionalizó con el fin de garantizar la seguridad y la integridad de todos
los miembros del clan familiar. Una pareja es solo la unión de dos individuos.
NUESTROS FIELES AMIGOS: Desde
hace años existe la tendencia de humanizar a los perros, para así demostrar
todo lo que se les quiere. Parece que, si no le haces una camita a tu perro, si
no lo vistes como si fuera un niño o lo sientas a la mesa, no le quieres nada.
Ahora hay que dejar a los perros entrar en las tiendas, en los transportes
públicos y hasta en los espectáculos. Y no es ya que puedan molestar a alguien,
que no está contemplado que a alguien puedan no gustarle los perros, es que
nadie repara que para ellos pueda ser una auténtica tortura, porque su naturaleza
les exige espacios abiertos, correr o jugar con otros perros. No, no me gustan
los perros de ciudad, con amos de ciudad empeñados en que su perrito sustituya
al hijo que no tienen, sino que me gustan los perros, sencillamente. Y por
supuesto, no me gusta que nadie de por hecho que por eso tengo que tratarlos
como a personas. No es mi fiel amigo, es mi perro.
HISTÓRICO: No me cuentes que
algo es “histórico” para despertar mi admiración y que me dé cuenta de lo
importante que es. Todo es histórico, es decir, todo sucede antes de lo siguiente
que va a suceder y después de lo que ya ha sucedido. Porque la historia no es
otra cosa que la sucesión de hechos. La importancia que cada uno de ellos
tenga, no depende en absoluto del momento en el que tiene lugar, pero parece
que si decimos que es histórico tiene más importancia. Y así debe ser, sin duda…
para los catetos.