Sin ánimo de dar una lección de Historia a nadie, es bueno recordar que el
paso del Antiguo Régimen al Estado Moderno se produjo, tras muchas
revoluciones, mucha sangre y mucho sufrimiento, entre los siglos XVIII y XIX en
los principales países de Europa y América. Después, a lo largo del siglo XX se
fueron incorporando otros países de estos y otros continentes. Principalmente
los que consiguieron salir del comunismo, pero también España de forma
definitiva en el 78… o no. Si tomamos como referencia para considerar este
salto cualitativo, la existencia o no de privilegios derivados del lugar de
nacimiento, familia, fuero, etc. es un Estado Moderno aquél en que todos los
ciudadanos son iguales ante la Ley; y es un estado absolutista aquél en el que
perviven los privilegios ajenos a la persona, no siendo ésta tomada única y
exclusivamente como ciudadano. Esto lo digo porque ya nuestra querida
Constitución lo primero que hace es negarse a sí misma al establecer, en una de
sus disposiciones transitorias, un régimen fiscal especial para Navarra en
atención a sus antiguos fueros. A partir de ahí, todo lo que venga de
comunidades autónomas, hechos diferenciales, etc. llueve sobre mojado.
¿Y qué tiene todo esto que ver con La Granja, se preguntará usted? Pues
tiene que ver, y mucho, desde el punto y hora en que existe una tributación
distinta para los vecinos de La Granja, en función de que sean residentes en el
pueblo o no lo sean. Concretamente ha habido un incremento del IBI, que va desde el 0,50% del
valor del inmueble en 2011 al 0,825% en 2012, o sea del 65% en un año. Este
incremento, lógicamente ha sido igual para todos. Sin embargo, el que hace la
ley hace la trampa y el Ayuntamiento se ha descolgado con una “ayuda” del 25%
de la cuota líquida del IBI para los residentes ¿Ayuda? ¡Cuántas salvajadas se
hacen aquí para “ayudar” a los necesitados! Para decirlo llanamente: si usted
no reside (y vota) en La Granja, usted deberá pagar por la casa que usted tiene
en La Granja su cuota parte del sostenimiento de los servicios del
ayuntamiento, más la parte que ese mismo Ayuntamiento perdona a los que sí
utilizan esos servicios. O por lo menos los utilizan muchísimo más que usted.
Todo esto, teniendo en cuenta que estamos en un blog de socios del Tiro y que,
en un porcentaje muy alto, probablemente superior al 90%, los socios del Tiro
tienen casa en La Granja pero no son residentes en este pueblo.
Independientemente de los fallos que ya han emitido distintos tribunales
respecto a este atropello, como el TSJA en causa parecida presentada por los
veraneantes de Salobreña, yo me pregunto qué pasaría si ayuntamientos como los
de Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza o Valencia tomaran una decisión
parecida. Por ejemplo, que todo vecino de La Granja que tuviera algún piso en
Madrid debiera pagar su parte del IBI, más la parte que le correspondiera
después de descontar un 25% a cada uno de los cuatro millones de madrileños
residentes. A más de uno le iban a tener que poner oxígeno.
Y es que, qué le vamos a hacer, la época dorada de las licencias de obra se
ha terminado y claro, con ella se han esfumado los conciertos de Serrat y
Sabina, los polideportivos con piscina cubierta, las bibliotecas sin lectores y
los ayuntamientos con más funcionarios que vecinos. Pero la alternativa no es
buscar otra gallina que ponga huevos de oro que será imposible encontrarla,
sino dejar de pagar los huevos como si fueran de oro.
Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro
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