Con el final de la II Guerra
Mundial se estableció un nuevo orden mundial basado en el equilibrio de dos
grandes bloques: el capitalista, cuyo objetivo era la libertad, para lo que se
exigía un escrupuloso respeto de los derechos humanos; y el socialista, cuyo
objetivo era la igualdad, para lo que todos los derechos quedaban sometidos a
este presunto bien superior. En ese ambiente, se desarrolló un equilibrio
mundial basado en el respeto y la disuasión mutuas. Es decir, ni unos podían
reclamar la libertad de los otros porque tenían de frente un buen arsenal
nuclear; ni los otros podía pedir lo que llamaban “justicia social” para los unos,
porque tenían enfrente la misma papeleta. En esas circunstancias, hubo que
apuntalar un sistema de resolución de conflictos por vía pacífica que
cristalizó en la ONU, con sus virtudes y sus defectos, que son muchos. Así,
había que sentarse a negociar de igual a igual, con auténticos asesinos en
masa, dictadores, ladrones, explotadores de sus pueblos, etc. dándoles carta de
naturaleza como iguales. De esa manera, con algunas excepciones, el mundo vivió
un largo período, si no de paz, sí al menos de tranquilidad.
Con el hundimiento de uno de
los bloques se inicia un proceso de reequilibrio mundial que hoy en día no
parece haber terminado de cuajar. En ello andamos. Sin embargo, ya ni los que
exigían igualdad parecen estar interesados en el tema, ni los que exigían
libertad parecen tener una misma idea de lo que entonces se consideraba
libertad, es decir derechos humanos, garantías judiciales, elecciones libres,
etc. Parece ser que hora, los únicos derechos importantes son los de las
mujeres, los de los homosexuales y los de los animales. Y claro, en esas
circunstancias parece normal que muchos meapilas y papi-honraos se escandalicen
porque se organice un evento de alcance mundial en un país musulmán.
Parece ser que, para algunos y
según para qué cosas, el Islam no siempre es “la religión de la paz”. De hecho,
lo es solo cuando ataca a Occidente. Pues bien, para todos esos meapilas y
papi-honraos, repito, conviene repasar los méritos de aquellos países dónde no
les escandalizaría que se celebrase un mundial, unos juegos olímpicos o unos juegos florales:
Según la página web de Human
Rights Watch, nada sospechosa de “fascismo”, que será de lo que me acuse más de
uno (y de una, claro), “el gobierno del presidente Xi Jimping está supervisando
la opresión más feroz y total que se haya visto en China en décadas”. “Pekín ha
empleado la tecnología como elemento central para la represión (…) y lleva a
cabo intromisiones masivas en la privacidad de las personas mediante
herramientas como la obtención forzosa de muestras de ADN, para luego recurrir
al análisis de mega datos y la inteligencia artificial para perfeccionar sus
mecanismos de control. El objetivo es diseñar una sociedad en la que no haya
disenso”.[1]
“Las violaciones de derechos
humanos —incluyendo torturas, desapariciones forzadas, abusos contra migrantes,
ejecuciones extrajudiciales y ataques contra periodistas independientes y
defensores de derechos humanos— han continuado durante el gobierno de Andrés
Manuel López Obrador, quien asumió la presidencia en diciembre de 2018”. “Es
habitual que en México se torture a detenidos para obtener información y
confesiones. La tortura se aplica con mayor frecuencia en el plazo que
transcurre entre la detención de las víctimas —a menudo arbitraria— hasta que
estas son puestas a la disposición de agentes del Ministerio Público. Durante
este periodo, las víctimas suelen ser mantenidas incomunicadas en bases
militares o en centros de detención ilegales. Una ley de 2017 estableció la
ilegalidad de usar confesiones obtenidas mediante tortura como pruebas en
procesos penales. Sin embargo, las autoridades no suelen investigar las
denuncias de torturas” [2]
“Los cubanos que critican al
gobierno siguen expuestos a la amenaza de ser perseguidos penalmente. No se les
brindan un debido proceso, como el derecho a ser oídos en audiencias públicas y
con las correspondientes garantías por un tribunal competente e imparcial. En
la práctica, los tribunales están subordinados al poder ejecutivo y al
legislativo”. “Las prisiones del país en general están sobrepobladas. Los
presos son obligados a trabajar jornadas de 12 horas y reciben castigos si no
cumplen las cuotas de producción preestablecidas, según informaron expresos
políticos. No existe en la práctica un mecanismo a través del cual los
detenidos puedan presentar reclamos por abusos. Aquellos que critican al
gobierno, emprenden huelgas de hambre o recurren a otras formas de protesta a
menudo son encerrados en celdas de aislamiento durante extensos períodos y
sufren golpizas, restricciones a las visitas familiares y denegación de
atención médica” [3]
Lo digo por si alguno de esos
que se la cogen con papel de fumar para ir a Qatar, dijeron algo cuando se han celebrado
en Cuba distintos eventos deportivos o culturales. O de que se celebre el abierto
Mexicano de Tenis, la fórmula 1 o distintos torneos de la NBA. También estaría
bien saber si Rod Stewart, Dua Lipa o Shakira hubieran acudido, de haber sido
invitados, a cantar en las olimpiadas de Pekín “Together for a shared future”.
A lo mejor eso sí, porque con ayuda de la tecnología…
[1] https://www.hrw.org/es/news/2020/01/14/el-gobierno-chino-representa-una-amenaza-global-para-los-derechos-humanos
[2] https://www.hrw.org/es/world-report/2021/country-chapters/377395
[3] https://www.hrw.org/es/world-report/2021/country-chapters/377428
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