martes, 19 de diciembre de 2023

SEÑOR ALCALDE

 

Aunque no es costumbre de este blog hablar de política, sí he hablado algunas veces de políticos. De hecho, el 19 de enero de 2016 publiqué una respetuosa carta a su antecesora en el cargo, doña Manuela Carmena, (https://gonzalorodriguezjurado.blogspot.com/2016/01/con-el-debido-respeto-senora-alcaldesa.html) en la que me permitía darle algunos consejos o, por decirlo mejor, algunas sugerencias. No soy yo nadie para dar consejos a políticos consagrados como usted o Manuela Carmena. Pero compréndalo, la política municipal es la que más afecta al ciudadano, la que de verdad puede influir en su vida diaria. Por eso, y porque estoy convencido de que su voluntad es precisamente la de mejorar la vida de los madrileños, me tomo la licencia de ofrecer mi punto de vista como administrado por usted.

Es sabido que recientemente Madrid ha sobrepasado a Moscú como capital europea con más árboles. Lo que añadido a su tamaño infinitamente menor que la capital rusa, da una idea aproximada de la densidad de árboles que tenemos, y deja claro el amor de los madrileños por los árboles. Por eso no parece muy acertado que, precisamente desde el mandato de doña Manuela Carmena, se haya dejado de ver a las cuadrillas que antes podaban, cuidaban y mimaban los árboles de Madrid. Y que ahora para lo único que se hable de ellos, sea para cerrar los parques cuando hay viento, por si se le caen encima a un paseante. Algo nada extraño si tenemos en cuenta que su cuidado no sólo pasa por no podarlos sino también por no examinarlos regularmente.

Pero siendo preocupante el desamparo de nuestros árboles, no lo es menos el peligro constante que para la seguridad de los madrileños supone el goteo incesante de patinetes y bicicletas por cruces, aceras y parques. Vamos a ver: Ni somos Sevilla, ni somos Valencia, que son ciudades planas, ni debemos compararnos con ninguna otra ciudad. Por mucha conciencia ecológica que ustedes tengan, o por mucho complejo que les suponga no tenerla, Madrid se encuentra en las estribaciones de Sistema Central, por lo que es casi imposible encontrar una sola calle que no esté en cuesta. Puede usted estar seguro de que nadie, repito, nadie coge el coche en Madrid porque le diviertan los atascos, porque le guste contaminar o por fastidiarle a usted. Muy al contrario, son usted y sus predecesores los que sistemáticamente se han dedicado a entorpecer el tráfico, en lugar de hacerlo más fluido. Y todo ello a base de estrechar calles, ensanchar aceras donde no hacía falta y sembrar Madrid de bicicletas y patinetes que no respetan una sola norma de circulación, poniendo en riesgo la integridad de los transeúntes. Y entre esos transeúntes se encuentran personas mayores, niños, ciegos, etc. Pero claro, si ustedes se dedican a sembrar Madrid de torpedos vivientes a los que nadie exige un permiso de conducir, un seguro ni la más mínima identificación, es fácil que el saldo sea positivo… a favor de los que atropellan gente. Porque si estamos venga a estrechar las calles, a complicar la vida a los coches para poder poner más y más carriles bici, y resulta que nadie los utiliza, creo que estamos haciendo un negocio muy extraño. Si me admite la sugerencia, en París han hecho un referéndum para preguntar a los ciudadanos si estaban favor de la libre circulación de patinetes por la ciudad. No le digo cuál de las dos opciones ha ganado por casi un noventa por ciento, pregúntelo usted.

Usted se presentó por primera vez con la promesa de desbloquear el centro de Madrid, la gente le votó, y no sólo no lo desbloqueó, sino que amplió el bloqueo, ¡y le volvieron a votar! Es decir, usted “protege” el distrito Centro de los ciudadanos que le pagan, pero usted, sus concejales y sus chóferes pueden pasar sin ningún problema por allí. Todo muy lógico. Y hablando del distrito Centro: hasta donde yo sé, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos de nuestra querida ciudad ¿verdad? Pues no veo muy rentable para el turismo que tenga usted a oscuras todo el centro, empezando por la calle Alcalá, siguiendo por la Gran Vía, Príncipe de Vergara, Velázquez, La Castellana y todas las calles más comerciales y de ocio. En todas esas calles, se divisa un puntito de luz en lo alto de cada farola, pero iluminar, lo que es iluminar poco. O no ha cotejado usted las cifras de atracos a turistas, o le dan igual o nuestros tradicionales chorizos no son ya lo que eran.

Por último, permítame solo una apreciación basada en mi experiencia. Nada de datos, cifras oficiales, ni cosa alguna otra. Hace años tuve el honor de trabajar como responsable de Cultura de un par de distritos, en la corporación de su antecesor, D. José María Álvarez del Manzano. Entonces los equipos de Cultura los nombraba cada concejal, hasta que llegó doña Manuela Carmena, nombró a los suyos, los hizo fijos, llegaron ustedes y no dijeron ni pío. Por no molestar, supongo. Bueno, el caso es que fue en aquella época en lo que, harto de atascos, opté por utilizar el transporte público para desplazarme por Madrid, y nunca me había arrepentido de ello… hasta ahora. Y antes de que alguien me diga que los transportes dependen de la Comunidad de Madrid, aclaro que la EMT, no. Pues bien, entonces las frecuencias de los autobuses en un día laborable normal, eran de dos o tres minutos; con el señor Ruiz-Gallardón y su lugarteniente Ana Botella, la cosa aumentó a cuatro o cinco minutos; Con doña Manuela Carmena, la cosa se fue a ocho o diez; y actualmente, con usted, no es infrecuente ver en las pantallas de las marquesinas, donde se indica el tiempo que va a tardar tu autobús, el fatídico +20, que quiere decir que va a tardar más de veinte minutos. ¿Cuánto más? ¡ah, más de veinte! Si no fuera porque usted persigue con saña, acosa y multa a los que no tenemos dinero para comprarnos un coche eléctrico, volvería a coger mi coche para andar por Madrid. Por eso y porque todavía nos queda el Metro, claro. Por cierto ¿su coche y los de sus concejales son eléctricos?