Dice el rumor que corre por
tertulias y mentideros que esta generación, presuntamente la mejor formada de
la Historia, es muy desgraciada. Y parece ser que lo es porque aunque todos
tienen dos carreras, tres masters y
hablan inglés perfectamente, no encuentran un trabajo “digno” que les permita
independizarse. Desde luego, si la cosa fuese cierta, sería para amotinarse,
sublevarse, tomar La Bastilla y defenestrar al Comendador. Pues vamos a ver,
porque a mí hay algo que no me cuadra.
En primer lugar ¿a qué
llamamos independencia? ¿incluye la independencia poseer un coche propio, una
casa propia, dinero para veranear un mes en un hotel de Mallorca y salir a
cenar todos los fines de semana? ¿incluidos los jueves, ahora llamados “juernes”?
Por supuesto sé que quien se queja de no poder independizarse me dirá que en
absoluto necesita todas esas cosas para hacerlo. Pero a lo que voy es a que,
según pongamos de alto el listón, tendremos más o menos posibilidades de alcanzarlo
y superarlo. Y en mi opinión ese listón está cada vez más alto para los
jóvenes. Lo malo es que muchas veces no es porque nadie se lo haya puesto ahí
arriba. Nadie aparte de ellos mismos, claro.
Por otra parte ¿qué es un
trabajo “digno”? ¿hay alguno que no lo sea? En mi opinión hasta las putas
tienen un trabajo digno, siempre que el negocio sea libremente contratado entre
dos adultos responsables. Lo único que les hace perder la dignidad es que no
cotizan IRPF ni Seguridad Social, aunque tengan todas las prestaciones. Es
decir, que se las pagamos los demás con nuestro trabajo. Como a tantos otros,
por otra parte. No, sospecho que la mayoría de los que se quejan de que un trabajo no es
digno, se refieren a la “dignidad” en euros. Pero eso, me temo, es una cuestión
de mercado: si todos queremos ser abogados, habrá centenares de abogados y los
abogados cobrarán muy poquito. Sin embargo, si nadie quiere ser enterrador,
habrá muy pocos enterradores y los enterradores cobrarán mucho. Fácil de
entender ¿no?
Respecto a lo del inglés, me
echo a temblar ¿Cómo es posible que nadie diga que sabe hablar inglés
perfectamente si no sabe hablar español, que es su lengua materna? ¿Todos? No todos,
supongo, pero lo que sí es cierto es que los que se supone que deberían saber
hablar, porque se ganan la vida escribiendo, no saben. Y es que llevamos unos
días trágicos. Y no tan trágicos por los sucesos que están teniendo lugar, como
por la forma de contarlos ¿Es que los directores de los periódicos no se leen
las noticias que publican sus empleados? ¿Nadie pregunta a un periodista cuando
le contrata si sabe escribir? ¿Nadie en su facultad le ha enseñado que existen
los adjetivos? ¿ni que los adjetivos que designan el lugar de origen del sujeto
se llaman gentilicios? ¿ni que el gentilicio del originario de Ucrania es
ucraniano y no ucranio? ¿y el de Malasia malayo y no malasio? Eso aunque solo fuera
por haber leído de jóvenes a Salgari -sí hombre, el de Sandokán-, pero me temo
lo peor… Y menos mal que se ha pasado de moda lo de Bosnia-Herzegovina porque a
los pobres bosnios les llamaban bosniacos.
En cuanto a lo de las “tres
carreras”, esas que han terminado con veintiún años, supongo que serán de un
año y medio cada una, naturalmente. Si no, no me salen las cuentas. Claro, que si en
periodismo no estudian Lengua Española, entiendo que las ingenierías se
buscarán en Google ¿Por qué no? Y de los masters
ya ni hablamos, por supuesto. Antes también existían, pero se llamaban prácticas o
pasantías y aunque poco, los pagaban en lugar de cobrarlos. Claro que si hay un
tonto dispuesto a pagar, siempre hay un listo dispuesto a cobrar. Pero eso es la
vida misma.
Gonzalo
Rodríguez-Jurado Saro