sábado, 22 de marzo de 2025

¿MANDARÍAS A TUS HIJOS A MORIR POR VON DER LEYEN?

¿Mandarías a tus hijos a morir por Von der Leyen? Nadie, repito, nadie ha votado a esta individua. Menos aún para que nos meta en una guerra que ni siquiera Hitler o Napoleón que dominaron toda Europa, fueron capaces de ganar. Va a ser que los norteamericanos no eran tan malos. Pregunto por mandar a morir a los hijos, porque pertenezco a esa generación que tiene hijos en edad de ser movilizados para la guerra. Pero por las mismas podría dirigirme a los chicos de esa edad, para preguntarles por qué o por quién estarían dispuestos a morir. Creo que no nos llevaríamos muchas sorpresas con la respuesta. Y no crea nadie que se va a salvar por no tener hijos o por tener solo hijas. Primero, porque ya está más que previsto que las mujeres se movilicen en caso de guerra. Segundo, porque caso de no ser así, el papel de la mujer en las guerras siempre ha sido mucho más doloroso que el de los hombres, a quienes por lo menos, se les deja empuñar un arma para defenderse o para morir matando.

Sé que todo este discurso suena algo extraño, algo ajeno a nosotros mismos, que en el noventa y nueve por ciento de los casos no hemos vivido una guerra ni hemos tenido la posibilidad de conocerla. Sin embargo, esa posibilidad es cada vez más cierta. Cada día que pasa se nos anuncia desde las instancias europeas que debemos ir preparándonos para lo que viene. Otra cosa distinta es que en España haya, no sé si orden o acuerdo tácito para no mencionarlo en los medios. Ya se sabe, ojos que no ven, corazón que no siente.

En todo caso, como señalaba más arriba, ni los dos ejércitos mejor armados y dirigidos que se hayan paseado por toda Europa, los de Hitler y Napoleón, fueron capaces de entrar en Moscú. Y ambos sucumbieron ante el invierno ruso. ¿Me quieren decir que ahora un ejército de ejércitos, cada uno con sus mandos, con sus armas y con sus soldados, distintos todos ellos, van a hacer temblar a algún ruso? Claro, siempre está la posibilidad de ser más inteligentes, superar nuestros enfrentamientos históricos y crear un ejército único. Pues a ver cómo se hace eso: me encantaría ver a un francés recibir órdenes de un belga, a un inglés recibirla de un francés, a un holandés recibirlas de un alemán o a un español de un francés. Normalmente, cuando surge este debate siempre hay alguien que lo zanja diciendo eso de “ahora as guerras no se hacen con ejércitos sino con armas de destrucción masiva”. Pues eso no es del todo cierto. En primer lugar, porque si lo fuera estamos listos. Y porque entonces ya no se trata de mandar a tus hijos a Ucrania sino de que nos sacudan una bomba atómica antes de que a nosotros se nos ocurra pensarlo. Y en segundo porque por más misiles que lances y por más territorio que destruyas, tú no has ganado ninguna guerra hasta que completas la ocupación efectiva del territorio. Y para eso sí que hacen falta los ejércitos. 

Podíamos seguir muchas más páginas sopesando los pros -si los hubiera- y los contras de semejante estupidez, dirigida por las élites globalistas europeas. Preguntarnos si estaríamos dispuestos a tal sacrificio para que aquéllos que han restringido nuestra libertad, han bastardeado todas nuestras instituciones y nuestro derechos y nos quieren quitar el dinero para manejárnoslo ellos, puedan seguir haciéndolo. 

Si a alguien se le ocurre a dónde huir, que lo diga, por favor.