Dice uno de esos chistes y
monigotes que circulan de teléfonos móviles a correos electrónicos y viceversa,
que “aquellos que escriben haber en
lugar de a ver, deberían ser juzgados
por el Tribunal de La Haiga”. Y no le falta razón al anónimo indignado que ya
está bien de pegarle patadas al diccionario, oiga. Parece ser que aquí, para
que a uno se lo tomen en serio tiene que hablar, escribir y no diré leer porque
eso es de mal gusto, como en el sindicato al que quiera pertenecer se le
indique.
Así, si una quiere pertenecer al creativo
mundo de la pasarela deberá llamar casting
a las pruebas que al efecto le hagan, look
a su aspecto y book a su álbum de
presentación. Sin embargo si alguien quiere ser tenido en cuenta en el ámbito
de la administración pública, cuando se refiera a la señalización de las calles
o al balizamiento de las carreteras deberá remarcar mucho el interés que para
su persona despierta la señalética. Y
es que es lógico, no es posible una buena gestión del dinero público sin una
buena señalética. Está en todos los
tratados de Derecho Administrativo. Y es que aquí no se le libra nadie del Rey
abajo, que si tú perteneces a alguna familia real, antes podías ser príncipe,
princesa, infanta o gran duquesa. Ahora no, ahora eres simplemente royal. Claro que con los ”royales” que
hay, a muchos les valdría más no ser nada. Pero no hay que desesperarse. Y digo
del Rey abajo por no mentar a Alguien que está más arriba, que hasta las Virtudes
Teologales hay que cambiarlas para usar un lenguaje políticamente correcto. Si
estas antes eran Fe, Esperanza y Caridad, ahora son Fe, Esperanza y Solidaridad.
Y no se me queje nadie, que son los propios sacerdotes los que han “renegado”
de la Caridad y ahora predican la “solidaridad” desde el púlpito. Niéguemelo quien
pueda hacerlo, pero este (mal) católico hace varios años que no escucha la palabra
Caridad en misa. Y como uno además de católico es tocagüevos, me voy al Diccionario de la RAE y busco el término solidaridad:
1. f. Adhesión circunstancial a
la causa o a la empresa de otros.
Pues sigo son ver qué tiene
que ver con la Caridad pero bueno, doctores tiene la Iglesia, amigo Sancho.
En fin, sigamos poniéndonos
al día en el proceloso mundo del Léxico Para Iletrados: los autorretratos de
toda la vida, ahora se llaman selfies
¿Alguien podría convencer a Alberto Durero o a Francisco de Goya de que lo que
en realidad se hicieron fue un selfie?
¿Puede alguien negar rotundamente que el primer selfie de la historia es Las Meninas de don Diego Velázquez? Pues
ahí no queda la cosa, que si usted hace lo que toda la vida se ha llamado agarrarse
un gripazo, no tendrá manera de justificarse ante sus jefes. Ni mucho menos
ante el departamento de nóminas, por lo que le será descontada la semana de su
sueldo. Ya se sabe, la gripe se quita en una semana con antibióticos o en siete
días sin antibióticos. En cambio si usted alega que tiene un proceso gripal sus
expectativas mejorarán notablemente. Al menos sus expectativas de cobrar la
nómina a fin de mes.
Claro que para ser
optimistas podemos decir que este neo Lenguaje tiene algunas virtudes. Por
ejemplo, su capacidad de síntesis. Va usted al psicólogo del colegio de su
hijo, ese que tan barato le sale todos los meses, y le explica que a su hijo lo que
le pasa es que no se entera de nada en clase ni en casa, que está como ausente
y que solamente le interesa lo que ve en la televisión, frente a la cual se queda
con cara de atontado y con la boca abierta. Le expone además que el pobre chico
es incapaz de resumir lo que acaba de leer y que, en definitiva, no atiende a
nada ni a nadie. Entonces el profesional le explica a usted que lo que el chico
tiene es déficit de atención. Es decir, exactamente lo que usted le ha contado
pero sintetizado en tres palabras. No me dirán que no es admirable. Aunque no
es menor su capacidad de síntesis cuando usted le dice a ese mismo profesional
que lo que le pasa al niño es que no para quieto, que es un rabo de lagartija y
que no hay forma de que se siente a estudiar. A veces incluso dan ganas de
cogerle por el cuello y apretar hasta que se quede quietecito. Hiperactivo. Entonces
es hiperactivo: tres renglones resumidos en una sola palabra ¿para qué más?
Y pues de religión y niños
hablamos, pidamos que nadie les quite a nuestros hijos el Lenguaje. Ese
Lenguaje que tantos siglos ha tardado en formarse y que en tan pocos años
estamos destruyendo. Que no tengan que reprochárnoslo.
Gonzalo Rodríguez-Jurado
Saro
¡Fantástico! Gonzalo.
ResponderEliminar... Queda pendiente eso de La presidente.
¿Puedo utilizar tu artículo?
Un fuerte abrazo,
Javier Aguirre
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