Aunque no podamos quejarnos
de la proyección exterior, ni del volumen de turismo que reciben La Granja y
Valsaín, me da la impresión de que no se hace todo lo posible en este capítulo.
Y llevaba semanas con el run-run, pensando en qué fallamos, hasta que esta misma
noche se me ha encendido una luz, me han inspirado las musas y me ha hablado un
arcángel: Señores, somos políticamente impresentables. Tanto en el callejero
como en la toponimia, los nombres de La Granja y Valsaín son, no políticamente
incorrectos, sino lo más apropiado para expulsar a cualquier visitante con
mediana sensibilidad política o social. Indignos de recibir en nuestras calles
a cualquier ciudadano medianamente global ¿Cómo vamos a proyectar “nuestra
querida Granja” hacia el mundo con estos nombres?
Propongo para incluir en su
programa, a cualquiera de los partidos que se presenten a las próximas elecciones
municipales, la siguiente reforma onomástica y toponímica:
La calle Lecheros, donde
está La Panadería, pasaría a llamarse calle de Los Lecheros y Las Lecheras; la
calle de Los Donantes, en la urbanización San Luis, debería pasar a llamarse
calle de Los y Las Donantes. En la misma línea, las calles Infantes y Embajadores
pasarían a llamarse calle de Los Infantes y Las Infantas y calle de Los
Embajadores y Las Embajadoras respectivamente. Asimismo, las calles del Rey y
de la Reina, deberían llamarse cada una de ellas calle del Rey y La Reina y
calle de La Reina y El Rey. En cuanto a La Valenciana, propongo el nombre mucho
más correcto de calle de la Ciudadana y el Ciudadano de la Comunidad Autónoma
de Valencia. Por su parte, la plaza del Matadero, deberá indefectiblemente pasar
a llamarse calle de la Factoría Industrial para la Transformación Alimentaria
de Animales o plaza FITA, por sus iniciales. Propongo además que desde El Tiro
aportemos nuestro granito de arena, repudiando tan bélico, cinegético y
violento nombre y cambiándolo por el mucho más presentable nombre del Impacto:
Club de Campo El Impacto, no suena mal.
Esto en cuanto a los nombres
de las calles ¿Pero qué me dicen de los nombres de los accidente geográficos
que rodean La Granja? ¿Podemos de verdad presumir de tener un cerro llamado El
Pollo Judío? ¿No sería muchísimo más presentable llamarle cerro de La Cría de
Ave de Corral de Etnia Semita? Mucho mejor, dónde va a parar. Lo mismo que el
cerro de Matabueyes. Así quién nos va a contar entre la gente civilizada. No se
hable más, desde mañana cerro del Sacrificio Sin Dolor del Ganado Vacuno. Lo mismo
que su gemelo y opuesto cerro del Puerco ¡Qué falta de sensibilidad, por Dios! ¿No
parece un poquito más civilizado llamarle cerro de la Cabeza de Ganado Porcino?
Pues eso es lo que yo creo. En cuanto a La Cruz de La Gallega, propongo dejar
de ofender a aquéllos ciudadanos que, bien no son creyentes o bien profesan una
religión distinta a la cristiana, tan respetables cualquiera de ellas como esta
última. Así, podríamos empezar a llamarle el Símbolo Religioso de la Ciudadana
Originaria de una Comunidad Autónoma del Noroeste del Estado. Todo menos que
nuestros visitantes puedan sentirse ofendidos o menospreciados. Y por último, y
en esto sí que voy a ser intransigente, tolerancia cero, quedará
definitivamente abolida la humillante denominación de La Mujer Muerta. En lo
sucesivo, La Víctima de la Violencia de Género. He dicho. Y que me siga quien quiera..
Gonzalo
Rodríguez-Jurado Saro
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