lunes, 6 de abril de 2015

Requiem por las antiguas juergas

Enorme placer me produce -o, como diría alguien mucho más cualificado que yo, “me llena de orgullo y satisfacción…”- poder hacer esta crónica recién llegado de La Granja. Y no en cualquier circunstancia, que creo que esta es de las pocas vacaciones de Semana Santa que he conocido en este nuestro pueblo y en el resto de España, en el que ha hecho sol y una temperatura decente a lo largo de toda la semana. Otra cosa distinta es que la primavera se resista todavía a entrar en el robledo, dejando Los Jardines con un desnudo aspecto invernal, pero este es asunto distinto. Ya se sabe, el roble hasta mayo… Y las hayas y los tilos, añado yo.

En todo caso parece ser que en estos tiempos de cambios vertiginosos, estamos llamados a cambiar usos, costumbres y formas de pensar. E incluso de actuar. En concreto, me refiero a la actitud que cada uno de nosotros tenemos ante lo que toda la vida de Dios, se ha llamado una juerga. Y es que parece lógico: en tiempos más gloriosos, existía la norma no escrita  de que “de noche, todos los gatos son pardos”. Esto, explicado para aquéllos que no han tenido la fortuna de estudiar un bachillerato decente  o lo que es lo mismo, para aquéllos a los que el Estado ha traicionado entregando su educación a los caudillitos locales, quiere decir que lo que ocurría en una juerga, nadie lo “recordaba” al día siguiente. Ni quién había estado ligando con quién, ni quién se había emborrachado, ni quién había dicho qué. Como una especie de amnistía sobre lo que nadie quería -o a nadie convenía- que hubiese pasado. Vamos, una especie de pacto entre señores, señoras y no tan señores ni tan señoras. Al final, un manto de silencio culpable y protector. Pero héteme aquí que sobre tan herméticos y silenciosos círculos, empezó a cernirse una terrible amenaza. Y esta no era otra que la de que todos y cada uno de los asistentes llevasen en su bolsillo no solo un teléfono, sino que  además ese mismo teléfono fuera una cámara de fotos, una de vídeo y una grabadora. Maldita la hora.

Si antiguamente podías recordar con cariño una noche de canciones, de bailes o de chapuzones, en la actualidad corres el riesgo de que las imágenes de esas canciones, esos bailes o esos chapuzones, aparezcan ante ti con toda su crudeza. Es decir, que alguien te enseñe no lo que tú has idealizado, sino lo que en realidad ocurrió. Lo que hiciste en un momento de euforia etílica, sexual o de ambas simultáneamente. Que te veas en un lamentable estado, cantando rancheras a voz en grito, bailando un tango apache con tu secretaria o saliendo del mar como Dios te trajo al mundo. Pero sin que se trate del Nacimiento de Venus, ni mucho menos hayas sido retratado por Sandro Botticelli.  Ni siquiera por Robert Capa sino por un compañero de juerga que, con mejor o peor intención, decidió inmortalizar el momento. Y claro, al final el camino del infierno está alfombrado de buenas intenciones y las imágenes se acaban volviendo contra uno mismo. Saliendo cuando menos falta hace o cuando peor te viene que salgan, y circulando por guasapes, feisbuses y demás sistemas de atropello sistemático de la intimidad. Lo que es curioso, es que el improvisado reportero nunca publica imágenes de sí mismo sino de otro…

Por cierto, increíble la comida mexicana que organizaron en su casa de La Granja Juan García de la Vega y Susana Lapique, el Jueves Santo. Ya se sabe, a los García de la Vega no hay más que tocarles las palmas para que arranquen todos a una, como un solo hombre. Allí, entre vino, margaritas, bullshots y buena gente, tuve la oportunidad de interpretar mano a mano, con César y Santi Villarrubia, una buena retahíla de rancheras. Lo digo por si alguien me encuentra en su pantalla al abrir su correo o su Féisbu. Advertidos quedan.



Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

2 comentarios:

  1. Qué felices y entregados al canto se os ve...Con razón os han inmortalizado en esa foto...jajaja.

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  2. "Serena escúchame, Magdalena,
    pues no fui yo ¡no, no fui!
    Fue el maldita cariñena
    que se apoderó de mí..."

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