miércoles, 7 de noviembre de 2012

Imposición o deposición



Sin ánimo de dar una lección de Historia a nadie, es bueno recordar que el paso del Antiguo Régimen al Estado Moderno se produjo, tras muchas revoluciones, mucha sangre y mucho sufrimiento, entre los siglos XVIII y XIX en los principales países de Europa y América. Después, a lo largo del siglo XX se fueron incorporando otros países de estos y otros continentes. Principalmente los que consiguieron salir del comunismo, pero también España de forma definitiva en el 78… o no. Si tomamos como referencia para considerar este salto cualitativo, la existencia o no de privilegios derivados del lugar de nacimiento, familia, fuero, etc. es un Estado Moderno aquél en que todos los ciudadanos son iguales ante la Ley; y es un estado absolutista aquél en el que perviven los privilegios ajenos a la persona, no siendo ésta tomada única y exclusivamente como ciudadano. Esto lo digo porque ya nuestra querida Constitución lo primero que hace es negarse a sí misma al establecer, en una de sus disposiciones transitorias, un régimen fiscal especial para Navarra en atención a sus antiguos fueros. A partir de ahí, todo lo que venga de comunidades autónomas, hechos diferenciales, etc. llueve sobre mojado.

¿Y qué tiene todo esto que ver con La Granja, se preguntará usted? Pues tiene que ver, y mucho, desde el punto y hora en que existe una tributación distinta para los vecinos de La Granja, en función de que sean residentes en el pueblo o no lo sean. Concretamente ha habido un incremento del IBI, que va desde el 0,50% del valor del inmueble en 2011 al 0,825% en 2012, o sea del 65% en un año. Este incremento, lógicamente ha sido igual para todos. Sin embargo, el que hace la ley hace la trampa y el Ayuntamiento se ha descolgado con una “ayuda” del 25% de la cuota líquida del IBI para los residentes ¿Ayuda? ¡Cuántas salvajadas se hacen aquí para “ayudar” a los necesitados! Para decirlo llanamente: si usted no reside (y vota) en La Granja, usted deberá pagar por la casa que usted tiene en La Granja su cuota parte del sostenimiento de los servicios del ayuntamiento, más la parte que ese mismo Ayuntamiento perdona a los que sí utilizan esos servicios. O por lo menos los utilizan muchísimo más que usted. Todo esto, teniendo en cuenta que estamos en un blog de socios del Tiro y que, en un porcentaje muy alto, probablemente superior al 90%, los socios del Tiro tienen casa en La Granja pero no son residentes en este pueblo.

Independientemente de los fallos que ya han emitido distintos tribunales respecto a este atropello, como el TSJA en causa parecida presentada por los veraneantes de Salobreña, yo me pregunto qué pasaría si ayuntamientos como los de Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza o Valencia tomaran una decisión parecida. Por ejemplo, que todo vecino de La Granja que tuviera algún piso en Madrid debiera pagar su parte del IBI, más la parte que le correspondiera después de descontar un 25% a cada uno de los cuatro millones de madrileños residentes. A más de uno le iban a tener que poner oxígeno.

Y es que, qué le vamos a hacer, la época dorada de las licencias de obra se ha terminado y claro, con ella se han esfumado los conciertos de Serrat y Sabina, los polideportivos con piscina cubierta, las bibliotecas sin lectores y los ayuntamientos con más funcionarios que vecinos. Pero la alternativa no es buscar otra gallina que ponga huevos de oro que será imposible encontrarla, sino dejar de pagar los huevos como si fueran de oro.

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

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