lunes, 1 de octubre de 2012

Me acuso de ser asesor

 

Buenos días:


Permíteme que me presente. Pertenezco a esa raza maldita de parásitos, sanguijuelas y chupópteros que, por lo visto, no solo saqueamos el dinero público sino que además somos los culpables de esta crisis. Y es que ¡qué demonios, esto es España! el País dónde todo el mundo sueña con que le toque la lotería, la primitiva o las quinielas para DEJAR DE TRABAJAR. Y claro, eso de tener un sueldazo de miles de euros mensuales, coche, chófer y dietas a todo plan y encima no trabajar, te gustaría a ti ¿o no? No me extraña, a mí también.
 

Pero es que la realidad tiene muy poco que ver con esto. La realidad, por lo menos la mía pasa por un sueldo de 1.491,17 €/netos mes en catorce pagas (ahora en trece). Es decir, lo que gana un auxiliar administrativo en mi ayuntamiento. Reconocerás que no está mal, con una carrera universitaria y hablando inglés. Solo que un auxiliar administrativo de mi ayuntamiento tiene trienios y yo no; un auxiliar administrativo de mi ayuntamiento tiene puentes y yo no; tiene días de asuntos propios y yo no; tiene días “moscosos” y yo no; y, lo que es peor, tiene un horario y un calendario concretos y definidos y yo no, yo trabajo sin horario y sin calendario. Sí, ya sé que me vas a decir que tú, que trabajas en la empresa privada, tampoco los tienes. Pues también te envidio, no creas. Tú, por lo menos, tienes un papel firmado donde alguien dice que te pagará un sueldo a cambio de tu trabajo, durante un período de tiempo determinado o indefinido. Y si, por lo que sea, ese alguien decide que dejes de trabajar te lo avisa con un mes de plazo -no es mucho, pero es algo- y en su caso te da una indemnización o pacta contigo el despido. A mí, con descolgar un teléfono y escuchar una frase lacónica tipo “estás cesado” me vale. También hay quien dice “estás jodido”, “estás follado” o “a la puta calle”, pero esos son matices sin importancia. El hecho es en todos los casos el mismo: esta mañana entras a trabajar y el que mañana sigas depende única y exclusivamente de lo que hoy hagas.... o de lo que a otro se le ocurra después de leer un editorial de un periódico. Y no creas que es tan raro que te cesen: a mí ya me pasó una vez, estando mi mujer embarazada de ocho meses. Y no, no es que hubiera hecho nada indebido, es que había que “dar ejemplo”. Esto fue en el 96, imagínate ahora.
 

No obstante todo esto, nadie espere de mí que empiece a buscar culpables de la crisis en otros sectores de la sociedad, a acusar a los demás de todo lo que han hecho mal, de lo que se han llevado o de lo que no han aportado. Por supuesto, hay personas inocentes que van a pagar la crisis tanto como los que la han provocado: conozco funcionarios honradísimos y que han sacado su oposición con gran esfuerzo; y otros vagos y maleantes colocados a dedo por partidos y sindicatos que van a sufrir los recortes por igual. Conozco comerciantes que se han dejado el pellejo en su negocio y otros que viven de la compra-venta y especulación con patentes, franquicias, concesiones, etc. Conozco banqueros íntegros que se han dejado la salud por la seguridad de sus impositores, y sacamantecas caídos en paracaídas en los consejos de administración para saquearlos. Conozco profesionales mejores o peores en su trabajo, pero honrados a toda prueba; y otros a los que les da alergia una factura… Así podíamos seguir hasta los cientos de miles de casos particulares que hay. Cada uno tiene el suyo y conoce otros tantos.
 

La conclusión es que nadie es mejor ni peor por trabajar en un sector o en el otro, que hasta las putas pueden ser honradas y que esta juerga nos la hemos corrido todos y, en consecuencia, entre todos vamos a tener que pagarla. Aunque intentemos buscar culpables lo más lejos posible de nosotros. Buena suerte.
 

Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro


No hay comentarios:

Publicar un comentario