Los que desde tiempo
inmemorial nos hemos dedicado a trabajar con, contra, en, entre, para, por,
según, sin, sobre y tras los políticos, sabemos apreciar instintivamente cuando
el uso de una palabra es deliberadamente pervertido o retorcido. Y es que,
aunque usted no lo crea o no lo sospeche, la parte más importante del trabajo
de un político es el manejo de la comunicación. No en vano todo el departamento
de Comunicación Política, de la Facultad de Ciencias Políticas de la
Complutense, ha logrado encandilar a una parte importantísima del electorado.
Pero además, lo realmente importante es que lo ha hecho con un programa que, si
muchos de sus votantes se lo leyeran -y lo entendieran- saldrían corriendo sin
mirar atrás. Que nadie vea falta de respeto a las ideas ajenas cuando digo “si
lo entendieran”: sencillamente es que después de cinco años de carrera y
veinticinco de ejercicio, soy el primero al que sigue dando pánico leer a un
autor marxista. Para quien no se haya atrevido todavía, le resumo el contenido
de todos y cada uno de sus escritos, ya se refieran a la Historia, a la Economía
o a la Política: El conflicto generado
por las relaciones de producción entre las fuerzas productivas, es el que
provoca el salto cualitativo en las mismas. Como resultado de estos cambios
cualitativos se pasa de una sociedad en estado de naturaleza, a la apropiación
de los medios de producción por una élite dominante, creándose la sociedad
feudal. Sin embargo, con el desarrollo de la burguesía se genera el capital y
una pugna por el control de los medios productivos que da lugar a las
revoluciones burguesas, donde de los medios de producción expropiados quedan en
manos de una minoría… y así hasta doscientas o trescientas páginas ¿alguien
cree que con estas explicaciones los amigos iglesias, errejones, monederos,
carmenas y demás kichis hubieran ganado un solo voto? Pues lean, lean sus
textos y verán de lo que hablo.
Sin embargo, resulta mucho
más rentable manejar el Lenguaje, que es de lo que ellos entienden, en lo que
trabajan y lo que se han dedicado toda la vida a enseñar a otros. Pero veamos
ejemplos: Si llamas a tus seguidores la
gente y a los demás la casta,
estás diciendo muy sutilmente: “cuidado, que el que no está con nosotros, no es
que esté contra nosotros, es que vamos a por él”. Como para no definirse. Otro
ejemplo: cuando todos estos andaban todavía en pantalón corto se aprobaba en
España una Ley del Aborto que, aparentemente, ponía ciertas condiciones para
que una mujer pudiese tomar tan demoledora y traumática decisión. Sin embargo,
cuando recientemente se quiso hacer tabla rasa o barra libre, o como se quiera
llamar, ya nadie hablaba del aborto sino de la interrupción voluntaria del embarazo. No parece igual, pero es lo
mismo ¿verdad? Otro ejemplo más actual
¿alguno de ustedes a oído a un separatista catalán definirse como separatista?
¿No, verdad? Ellos son “soberanistas”, claro. Es que eso de “separtista” es
negativo, Jordi: nunca hables en negativo, siempre en positivo. Como los
separatistas vascos hablan de un “conflicto”, para referirse groseramente a más
de mil asesinatos. También los separatistas -y no solo ellos, señores
sindicalistas- inventaron hace años un concepto realmente curioso llamado
“Deuda Histórica”, y que significaba básicamente, “toma el dinero y corre”. Es
decir, me llevo un cerro de millones sin justificación alguna, pero es que se
lo debía su abuelo al mío ¿sabe usted? O -mucho más reciente, de hoy mismo- el
Presidente del Gobierno dice que utilizará “todos los medios políticos y
jurídicos” para impedir un delito de sedición. Solo para no decir que no piensa
utilizar los medios policiales y coercitivos que la Ley le obliga a utilizar en
estos casos. “Está usted violando a mi señora: le advierto que pienso ponerlo
en manos de mi abogado”. O el anterior, que llamaba Memoria Histérica a lo que
en realidad era: búscate un amiguete arqueólogo, di que estás buscando a tu
abuelo, asociaros y vamos a pasarnos todos los consensos de la Transición por
el arco del triunfo, que aquí lo que vale es la pasta…
Podríamos seguir así a lo
largo de muchas más páginas, pero valgan estos pocos ejemplos para votantes
incautos e indecisos. Que se nos vienen encima dos meses bastante complicados
en lo que se refiere a tener que escuchar tonterías. No se lo crean todo, por
favor…
Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro
27 de Octubre de 2015
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