domingo, 30 de septiembre de 2012

...y triunfó la cordura

Difícil toro tenían ayer en la plaza el Presidente y toda la Junta Directiva de El Tiro. La Junta General Ordinaria con más asistentes de toda la historia del club: trescientos cincuenta socios entre presentes y representados, el salón completamente lleno y todos apoyando a Luis. Y cuando digo todos, digo todos, empezando por la Junta Directiva. No obstante, había que explicar una serie de malentendidos que, como todos los malentendidos, habían corrido como la pólvora en los últimos días a través de móviles, correos electrónicos... y algún que otro blog.
Y a fe mía que el Presidente supo torear el toro. Cambió el orden del día, se plantó delante de la Junta y, a porta gallola se dirigió a Luis para decirle todo lo que los presentes queríamos -y esperábamos- oírle decir. Ovación cerrada y a otra cosa, que quedan cinco toros. Lo siguientes, tediosos pero necesarios. Faena de aliño: ya se sabe, las cuentas son aburridísimas, pero sin ellas nada funcionaría. Menos aún El Tiro, donde me consta que hay que hacer filigranas con los dineros porque, como dijo Millán en una célebre ocasión: "aquí hay mucho don y poco din". No sé yo si eso será ahora al revés, pero en cualquier caso, ovación y saludo desde el tercio de Luis Roca de Togores.
Y salió el sexto. Revirado, con peligro, pegando tornillazos, buscando las zapatillas... una alimaña, oiga. Y es que resulta que, también por vía Radio Macuto en los últimos tiempos se había pedido apoyo para la moción que ya casi todo el mundo conoce y que bien se encargaron aquí de explicar Mudi, Paloma Carvajal y/o Elena Heras. La defendía Álvaro Sartorius, con valor y arrojo, hay que decirlo. Y fue ahí cuando se plantó en los medios y lo encaró el Presidente, afeándole la conducta en relación con la primera nota que sacó y recordándole, con la afición conteniendo la respiración, que esas no eran formas de expresarse entre socios de este club. Y no le dolieron prendas al interpelado en pedir disculpas, arriar la bandera y recular discretamente. Por mi parte, pelillos a la mar: uno se puede equivocar en lo que dice o en cómo lo dice, pero rectificar es de sabios y para mi tiene más valor que no equivocarse. El resto ya es personal entre los abajofirmantes y Angel. Y espero que se solucione, porque todos son buena gente.
Por lo demás, meritoria intervención de Andrés Mochales en reconocimiento de Jaime Caruana; lo mismo de Rafa Esteban, pero respecto a la Junta Directiva; y al final vino, cerveza y pinchos de tortilla para todos. Final feliz, no se puede pedir más. Así se conduce una Asamblea, Sr. Presidente.
Gonzalo Rodríguez-Jurado

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