domingo, 30 de septiembre de 2012

Culpabilidad y responsabilidad

Tenía yo unos doce o catorce años más o menos cuando, los que viajaban a Inglaterra o a Irlanda en verano, trajeron la moda de juntar o amontonar (no diré coleccionar) las chapas metálicas que indicaban marca, modelo o motor de cada coche. Así, mediante el sencillísimo procedimiento de meter una moneda o un destornillador entre la chapa del coche y la pieza deseada y hacer palanca, se conseguían los trofeos que luego podían decorar el dormitorio del adolescente rebelde, amontonarse en un cajón o servir de moneda de cambio. Sobra especular sobre lo que opinaría el propietario de cada vehículo cuando viese la chapa de su coche con dos o tres agujeros y sin marca.
Fue un domingo de verano de los que los coches se amontonaban en las cunetas de La Granja cuando, ante tal cúmulo de tesoros esperando cambiar de dueño, Jaime Castillo y yo decidimos bajar de El Chato andando por la carretera e ir recolectando la preciada cosecha. Y en verdad que no fue mal, pues ya llevábamos seis o siete trofeos envueltos en la toalla cuando fuimos a dar con el Renault 7 de un ciudadano que disfrutaba en familia del domingo. Solo que en este caso él estaba pendiente de su coche. Y en mala hora fuera, que el tipo no tuvo empacho alguno en renunciar a su día de asueto y perder la tarde llevándonos a rastras hasta el cuartel de la Guardia Civil. En su favor diré que tuvo el detalle de no llevarnos a collejas y pescozones. Y en favor del Comandante del Puesto que no detuvo al individuo por mal trato a menores, abusos deshonestos ni acoso, como le hubiera ocurrido hoy día. Todo lo contrario. Se hizo cargo de nosotros y garantizó al ciudadano que aquello no iba a volver a ocurrir, por lo que podía ir tranquilo. Dicho y hecho. Nos señaló el teléfono y nos explicó que no saldríamos de allí hasta que fueran nuestros padres a buscarnos, lo cual ocurriría al poco rato. Aunque a nosotros se nos hizo bastante largo. Finalmente, aparecieron nuestras madres, pidieron las oportunas disculpas en lugar de denunciar a la Guardia Civil por detención ilegal de menores, y nos llevaron al Tiro. Hasta ahí, todo bien.
Lo malo vino cuando por la noche, al llegar a casa, tuve que explicárselo a mi padre. Si en otro artículo anterior dije que a nuestra generación nos habían educado “con cachetes, azotes y capones” me refería exactamente a eso, a que era más la amenaza del palo que el propio palo lo que te mantenía alerta, pero al final nunca pasaba de ahí la cosa. Sin embargo, en este caso mi padre hizo una excepción. Por primera y última vez en su vida, me pegó un guantazo que me mandó rodando un par de metros por el suelo. Tal era la rabia, la vergüenza y la humillación que sentía de saber que mi madre había tenido que ir a sacarme del cuartelillo. Después me mandó sentarme, tomar papel y bolígrafo y copiar la siguiente frase que todavía no se me ha olvidado: El que roba las placas de las marcas de los automóviles es un ladrón vulgar que no merece más que el desprecio de todo el mundo. Mil veces, como para olvidarla.
De todo lo ocurrido saqué bastantes conclusiones y alguna lección. Lo primero, a respetar la propiedad ajena. Pero además aprendí algo bastante importante, como lo era que mi padre podía ser responsable penal de mis actos por ser menor, pero que en ningún caso era culpable de los mismos, aunque él sintiera lo contrario. Mi comportamiento de entonces fue el de un perfecto gilipollas, aunque afortunadamente después el diagnóstico no fuera definitivo. Al menos eso espero, que estas cosas son muy subjetivas. Pero no cabía culpar a nadie más que a mí. Y desde luego, el peor castigo no fueron ni la bofetada ni las decenas de páginas copiadas, sino la decepción de mis padres. Tanto que, como puede verse, todavía recuerdo todos los detalles después de treinta y cinco años.
A eso deben referirse cuando dicen que es complicado ser padre.
          Gonzalo Rodríguez-Jurado Saro

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo, son sus padres los que tienen que castigarles. No les castiguemos también a ellos.

    Escrito por La Bandera del Hoyo 3 21/01/2012 18:08


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