domingo, 30 de septiembre de 2012

Patrimonio de la Humanidad

 

Llevo sin escribir en este blog un período largo, más largo incluso que el que me tomé en las vacaciones de verano lo que, como mínimo, es una descortesía con quien tenga la amabilidad y la paciencia de leerlo de vez en cuando. Puedo alegar en mi defensa la “vuelta al cole” de los niños, cambios en mi trabajo o la mismísima crisis de los mercados, pero me parece más prudente pedir disculpas y hacer propósito de enmienda. Dicho queda.
Y una vez dicho, tengo que referirme a un acontecimiento que acaba de tener lugar -esta vez sí, Leire- a escala planetaria. Y ese acontecimiento no es otro que la llegada del otoño en el hemisferio Norte. Más concretamente en Europa, en España, en Castilla, en Segovia y en La Granja donde, para mí, el otoño es un auténtico espectáculo. Un espectáculo que empieza a intuirse a final de agosto, cuando los castaños que bordean la subida por la carretera, desde el pantano hacia el pueblo, empiezan a tomar ese color pardo tan peculiar que poco a poco irá invadiéndolo todo. Y se cubrirá el suelo con un manto de hojas de todos los tamaños y tonos entre el ocre y el amarillo, llegando incluso en algunos sitios a taparte hasta las rodillas. Y otra vez las chimeneas y el olor a leña quemada, y las castañas por el suelo… y “a ver si llueve pronto este año, que si luego sale un día de sol hay que ir a por setas”.
Pero si hay entre los demás un espectáculo que merezca la pena ver en otoño en La Granja, esa es la puesta de sol en El Tiro. Y no sólo en otoño, que también en las demás estaciones, pero sí especialmente en otoño. A mí, en concreto me apasiona verla desde el banco que hay en la salida del hoyo dos. Si además pudiera ser con un whisky en una mano y un cigarro en la otra, mejor que mejor. Pero lamentablemente no pruebo el whisky ni el tabaco desde hace muchos años, por lo que la cosa suele quedar en una cerveza o un vino… y nada más. Lo siento, ya dije que soy ex fumador pero no arrepentido. Hay un sitio todavía mejor que ese, que es el green del tres, pero eso ya requiere una excursión organizada con más tiempo y detalle. Y además, no hay dónde sentarse.
Existe en el mundo una cursilería, rayana en la horterada más supina y sólo comparable en inutilidad al Libro Guiness de los Récords, que es la declaración, por parte de la UNESCO de algún sitio como Patrimonio de la Humanidad. Lo del Libro Guiness de los Récords, es obvio: ¿le interesa a alguien que en Villasembraos hayan conseguido hacer la chistorra más larga del mundo? Me temo que a casi nadie, pero eso para judíos y musulmanes es como si ellos batieran el récord de decir blasfemias contra Dios Nuestro Señor y toda su Corte Celestial. Claro que, si alguien ha visto una pelea entre los de La Granja y los de Valsaín sabrá que ese récord es difícil de conseguir… Pero, a lo que vamos ¿para qué sirve que la UNESCO declare un lugar Patrimonio de la Humanidad? ¿Es acaso un poco más nuestra la Gran Muralla China desde tan magno acontecimiento? ¿Y la Plaza de San Marcos? No sé qué opinarán los chinos… ni los venecianos, ni los de San Petersburgo, pero me temo que sus vidas habrán cambiado poco. “Pues para que ese lugar quede protegido de cualquier agresión o deterioro”, dirá usted. Error, de nuevo. Ya se encargaron de demostrarlo los talibán (Estudiantes de Religión, qué ironía) con sus carros de combate ante los Budas de Bhamiyán. Y no dejaron piedra sobre piedra, para que no quedara ninguna duda. ¿Una guerra? Allí no había ninguna guerra entonces.
“Está usted un poco pesadito ¿adónde quiere ir a parar?” Pues a que, visto lo visto y con lo que llevamos pasado, propongo que la Junta Directiva de El Tiro eleve a la Junta de Castilla y León y esta a su vez al Gobierno de España, quien debería dirigir la petición a la Comisión Europea para que ésta a su vez la ponga en manos de la UNESCO, la candidatura de las Puestas de Sol Desde el Banco del Hoyo Dos de El Tiro en Otoño como Patrimonio de la Humanidad.
Cosas más raras se han visto ¿no?
Gonzalo Rodríguez-Jurado


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