El Entendivino

¿Que es el Entendivino? No es un animal ni una enfermedad; no es un coche ni una famosa novela... no. El Entendivino es una persona, en realidad un tipo de persona. Y un tipo de persona realmente peligrosa para los bienes y haciendas del resto de la Humanidad. Veamos: su nombre procede de la fusión de dos palabras. Tres, en realidad: entendido-en-vino. Pero ha de entenderse que la primera de ellas, "entendido", ha de ir entrecomillada por cuanto es el propio Entendivino el único que se atribuye este adjetivo a sí mismo. Y no solo se considera a sí mismo entendido en vino, sino que su única obsesión en esta vida es que los demás admiren esta cualidad. Interéseles o no les interese.

 

¿Cómo actúa? Normalmente, el Entedivino se infiltra mezclado con otras personas, más o menos conocidas para él, en una cena de varias personas. Puede venir en forma de marido de una prima, de compañero de trabajo o incluso de los mismos "Ferrándiz, que siempre decimos que vamos a quedar un día y nunca quedamos". Una vez sentados en la mesa, el Entendivino se atrinchera detrás de una carta y ahí permanece inmóvil y silencioso hasta que el camarero ha terminado de tomar nota a todos. En ese momento y sin que nadie le pregunte, con todo el mundo atento y pendiente de él, suelta su demoledora frase: "Nos va a traer un Viña Ponzoña"... y espera reacciones que, para él, han de ser de admiración por su saber. Sin embargo, la reacción normal del resto de los comensales suele ser la de buscar un céntimo de euro debajo de la mesa, hacer como que no se ha oído o permanecer impasibles. "Del 93", añade. En ese momento tu sabes que la cena, que te iba a costar más o menos X euros, acaba de pasar a costar 2X euros. Y debes dar gracias si no hay un segundo entendivino mezclado entre el resto de los comensales, en cuyo caso la factura de tu cena se puede multiplicar ad infinitum.

 

La diferencia fundamental entre el clásico entendido en vino de toda la vida y el Entendivino es, en primer lugar, el número. Así como entendidos en vino hay poquísimos, el Entendivino es una especie más que extendida por los pagos patrios, hasta el punto de que su presencia en cualquier cena es casi inevitable. Otra diferencia bastante clara es el vocabulario. Al entendido en vino es difícil oírle hablar de vino y, cuando lo hace, si sabe que está ante un "profano", procura explicarse de forma clara. Se reconoce, en cambio, al Entendivino cuando, de forma machacona empieza a meter términos como garnacha, afrutado, cuerpo... y otros tantos conceptos aprendidos en páginas web como todovino.com, mundovino.es o somelierssansfrontiers.org. Una tercera -y no por eso menos importante- diferencia es la ya comentada forma de pedir el vino. Mientras alguien que de verdad disfruta la diferencia entre un vino y otro suele decir frases tan básicas como "este lo pago yo" después de pedir un vino sin preguntar, u "¿os importa que pidamos un vino mejor?"; el Entendivino pide el vino que ha leído que es bueno sin preguntar, pues para él es más importante que se sepa lo que entiende, que a alguien pueda no apetecerle cenar solo vino. Por supuesto, el vino de la casa, sólo por ser de la casa, no vale para su refinado paladar. Y eso con lo que se cuida ahora el vino de la casa en casi todos los restaurantes.

 

Hay muchas más diferencias, pero valgan estos apuntes para prevenir de esta peligrosa especie a amigos despistados, matrimonios incautos y/o víctimas de regímenes alimenticios de un vaso de vino por comida y día. Luego no digan que no están avisados.

Gonzalo Rodríguez-Jurado

Escrito por tiroleses el 05/04/2011 20:00 |